miércoles, 30 de septiembre de 2009
ANAmorfosis
Encuentro palabras que hallo terriblemente arrugadas, en los tristes bolsillos de la desmemoria y por el cadencioso paso justo de los años. ¿Cómo contener en las palabras un cuerpo o una cara como los de ella? ¿Cómo escribir su presencia manifiesta? ¿Cómo decir que sube los ojos distraídamente y que apenas sí apunta una mueca, que sus labios me piden que la bese y sus ojos, sus ojos, desde lejos que la espere, que no recorra más camino sin que su sombra y la mía, fundidas en desigual contorno, activas en los desniveles presentes y venideros, hablando de ese extraño uno que somos o que todos acabamos siendo después de todo, nos acaben reconciliando con nuestros pre-prejuicios, cómo? Camino incierto el de esta certeza sin apuesta ni futuro, lleno de maleza como sentimientos secos durante el invierno, jarales que el daño ventea, polvo que la soledad levanta a su paso, mezcla detraída a todo lo unificado, jardín que espera volver a ser combinado en fructífera constancia. Flor que si no nace no marchita; cuánta sed consume que no apagan los tragos de des-desdichas. ¿Cómo teclear remando contra el tiempo, si somos ahogados aún antes de habernos embarcado, si no hay un nuevo Finisterre, si el mundo ya está acabado y no cae pese a todo, si buscamos lamentablemente monstruos más allá de los espejos, o a través de la tierra plana, o redonda o cúbica, tanto da pues no cambia ningún hecho de lo hecho, corazón irresuelto, temor que abundas en mis adentros, llagas de risa entre mis dedos, cómo triunfar así previendo? Acodo sentimientos en claro desafuero, rotundo empero el tiempo las palabras sofoca, allí está Prometeo riendo mientras nos grita que no hay nada más que nada, que nunca hubo fuego, que el pobre Sísifo, desgraciado, nada carga. Avanzo, aquí llegados, con esmero, has de saberlo, por entre tu cuello y buscando tu boca de horas interrumpidas, de tardes que el alba no llora, de noches en vela, viento que atina un horizonte recuperado de lo enfermo, atrás quedó un feo denuedo en claro desvarío. Me gustas pluralmente. ABC. Hoy tú. Mañana luego. Quizás lejos, sí. Mientras tanto espero.
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