Navegar por Internet es a veces ir a la deriva, así, no sé cómo, de repente me he visto leyendo un crónica absolutamente extemporánea que relata un desplante, así lo narra el columnista, de Diego el Cigala en un crucero de lujo por el Caribe. El resumen es que en pleno concierto se levantó y se fue molesto por la absoluta indiferencia del público asistente, más preocupado en hablar entre ellos en voz alta, yendo de un sitio a otro despreocupados o sentados simple y ruidosamente de espaldas al espectáculo. Es una crónica enervante no sólo por la colección de tópicos y pre-juicios, sino porque pretende decirnos qué es lo correcto obviando que hay valores de conjunto que están por encima de hechos, que cogidos así, aisladamente, incluso pueden parecer ciertos de nos ser tendenciosos y maniqueos. Es ya inaceptable que la gran mayoría ni tan siquiera se moleste en hacer el mínimo esfuerzo en aprender,- se gasta la misma energía, el mismo esfuerzo, hablando bien que mal, siendo educado que no siéndolo-. Lo mínimo y más correcto que pudo hacer Diego fue entender ese mensaje e irse. Aún así, tocó, por lo visto, casi una hora. Otros habrían aguantado menos ¿qué tipo de ciudadano es, cuando la gran mayoría de sus compatriotas estrechamente sobreviven, el que tan despreciablemente se abandona, nos abandona rompiendo todo pacto social?¿todo vale? Si eso es así, Diego debería haber abofeteado a alguno poéticamente, debería haber escupido al suelo con desdén, del guitarrista podría haberse esperado que quebrara en sus rodillas la guitarra entre lágrimas, que se marchara acusándoles con el dedo. Hubiera sido justa, ahora lo pienso, una partida en mal estado de langostas y que, tras la escena anterior, presenciáramos otra en la que el público, indispuesto ¿de hedonismo?, comenzara a vomitar desconsoladamente, resbalando y patinado para caer en un enorme tollo orgánico, haciéndoles sentir como en casa. No sientan esto que digo, decidan si están de acuerdo o no, pues yo, como Diego, también navegando e influido, sólo encuentro en mis bolsillos la palabra desahogado con que teclear esto que escribo.
sábado, 29 de octubre de 2011
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