Las
palabras son guetos para los pensamientos. Los pensamientos son guetos para los
sentimientos. Los sentimientos son guetos para la percepción. La percepción es a
veces la vida. La razón es más de lo que
abarcamos incluso con nuestro pensamiento, más de lo que incluso podemos
interferir con las palabras, más de lo que sentimos como tal, aún más de lo que percibimos, claro. Los
guetos son guetos para algunas palabras, desde luego para algunos pensamientos,
son guetos también para algunos sentimientos, guetos al fin para gran parte de
la vida. A veces la vida es un gueto para un número incalculable de sentimientos, así lo es también para la
cualidad de ignoto de tantos
pensamientos, para todos aquellos sentimientos que creemos poder
nombrar, encajar, describir, categorizar, encerrar, aislar, condenar, sí,
condenar. No hay descanso para los que vemos donde nadie ve, los que oímos lo
que nadie oye y sin embargo ha sido dicho y está ahí, a disposición de todos
aquellos que han levantado las barreras y no conocen los límites, las
fronteras, las aduanas mentales que nos inculcan e insultan a la inteligencia.
Inteligencia, intelligentĭa,
intellego, intus legere, mirar al interior, al yo, leer tu interior, el
interior. Los límites: limitados, imitados, determinados, ínfimos. Las
palabras, las putas palabras.
viernes, 25 de abril de 2014
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