viernes, 21 de septiembre de 2012

Pues todo es sueño


Pensar es desconocer que aún dormimos. Pues todo es sueño. Nuestro deambular desorientado y arrastrado de pies, llamadlo vida, transita así los días. Testigo es de la verdad secreta y demudada: El sempiterno rumor que no se halla, aquella voz como un suspiro que clama; “Esto es pasar, no ir haciendo camino, sino ver el ir y venir de las estaciones “. La verdad es sueño, la verdad. Tanto da que pueda hacerse una canción con la verdad, la verdad, que con la mentira, mentira. Tanto da pues tanto es sueño. Acaso pesadilla. Tanto da pues tan poco importa hoy si  se está despierto. Siquiera afligido. Siquiera vivos o muertos. Creer que la vida es todo aquello que creemos que percibimos, tampoco es.  Ni creer  tampoco entonces  que somos conscientes de tan poco, pues ni aún siendo. Y entretanto, durmiendo que no dormidos. Y entre tantos, un concierto de ronquidos, pero ningún acierto. Y así va siendo nuestro sueño, con pequeños sobresaltos que nos hacen parecer despiertos, pero sólo eso. Así los días nuevamente, he de decirlo en ambos sentidos. Nuevamente porque al repetirlo me repito. Nuevamente también porque es toda la humanidad la que no tiene a bien dejar de andar los mismos pasos, ni de dejar de pisar las mismas huellas, - vigilando escrutadores no salirse del cerco-, una y otra vez tercamente constantes como la enfermedad y de nuevo, sempiternamente. Así y con todo somos capaces de soñar el amor, el afecto, la solidaridad, incluso soñamos con colonizar el planeta Marte. Así y con todo somos capaces de escribir “El maestro y Margarita” o “Paisaje con grano de arena”, grabar “El sueño de la razón produce monstruos” o componer “Peer Gynt”. Así y con todo nos salva una vez más lo que se nos escapa y no controlamos. Pues aunque desconocemos que aún dormimos, nos queda la esperanza, como una súplica, que aguarda a que uno de nosotros abra los ojos inevitablemente. Que alzando la mano, descubra, al fin, que el mundo no es lo que nosotros creemos ser tan simplemente. Que ser conscientes, (ojalá se entienda ya que no es fácil), es sencillamente no ser.  Entonces allí, en el abismo, suspendidos en suspense, asidos apenas a una idea, a un rumor desesperado que se aferra, que hace destacar las venas y es testigo de una voz: “Bien, de acuerdo, todo es sueño, pues, si todo es sueño, queda aún pendiente que despierte del sueño profundo en que no vivo”.