jueves, 10 de octubre de 2013

No estamos aquí y no estamos siendo pisoteados. No tecleo así en este preciso instante atemporal pese a todo, ni tú lo estás leyendo. No. No nos están tomando el pelo, ni se suicida la gente ni pierden sus casas. No hay una vuelta al pueblo para vivir de la pensión de ningún abuelo. No hay más ricos que antes ni más pobres que nunca. Desde luego no hemos perdido treinta años de derechos sociales. La educación es un valor de la sociedad tan importante como su patrimonio, es una cuestión de estado que nadie manipula. La cultura es la punta de lanza de la nación, mucha y buena. El bien común está por encima de las ideologías. Periodismo y verdad son palabras que hacen temblar a los corruptos. No, no se está legislando en contra del pueblo. No, no es la mentira institucional la que se distrae y encubre. Desde luego que la palabra desigualdad ha sido desterrada. Razón, amor, ética, honestidad, libertad, hermandad, esfuerzo, respeto, generosidad, humildad, fraternidad, responsabilidad, son conceptos que los niños aprenden en sus primeros años. La religión pertenece a la esfera privada de sus pocos practicantes y no excluye, manipula, ni aún menos encubre ni es incoherente. Se dimite porque un solo hombre no puede anteponerse al colectivo que lo elige. Una promesa electoral incumplida es motivo de nuevas elecciones. La responsabilidad del político es marcadamente civil y penal. La ostentación está mal vista. La palabra gestión pública se entiende como el modo de tratar de manera eficiente lo que es de sus gentes. La mentira está proscrita. No hay apenas amigos de lo ajeno, aún menos oportunistas y defraudadores.No, no estamos aquí, no llegaremos y no, ya sabéis que no, España no cabe en esto que imagino y cierro.