viernes, 12 de noviembre de 2010

TELETIPOLÉMICO

La niebla que el campo coloniza. Las nubes que se organizan en batallones. La iglesia ya ida que vino de visita. El derroche de millones sin tino. El regalo de demasiados favores que no se han agradecido. Haber dado la mano y que te hayan escupido. Me duele la cabeza desde hace demasiados días. Veo la desidia en todos los rincones. No entiendo que haya un hombre más hombre que el resto de los hombres, ni aún vistiendo de blanco, menos aún siendo un casto sedicente.En el otro lado del charco:  El presidente ojijunto y  asesino, el mismo que casi se muere comiendo una galleta y viendo un partido, el mismo que pretendía leerle a unos niños un libro teniéndolo a la revés, no ha perdido la memoria, pretende solidificar la mentira, camuflarla en una apariencia de verdad a base de  repetirla. No quiere recordar que el balance de muertos sigue abierto, que ha arrasado dos países porque murieron cerca de tres mil personas en una ataque terrorista informe y apátrida, en el nombre de un Dios en el que él dice también confiar y en cuyo nombre él también habla. Nada sabe esa palabra, Dios, de las procelosas aguas en las que se la  baña. En la extraña España, el expresidente cano, rememora que pudo haber volado a la cúpula de Eta y afirma seguir dudando como cuando lo hizo al decir no. No sé qué se puede decir  a más de que se me antoja de que habla de James Bond, ese señor con licencia para matar que desconoce las palabras juicio, proceso, justicia, preso, presunción de inocencia,  in dubio pro reo  o coliflor. La España rota y quejumbrosa que comienza en la España matutina. La sociedad civil que no se organiza. El asociacionismo mudo y demudado; la tuerta suerte que nada preconiza. Somos parásitos a la deriva anhelando ser otro tipo de huésped. El amor que, cual perro flaco, se desinfla. Tu recuerdo que el desprecio ensaliva. El dolor de cabeza intermitente. Ver cómo se ahoga el presente, cómo fuga el futuro, cómo la palabra oscuro es también la palabra incierto, muerte. Deciros ahora adiós tipográficamente, y también pensad, leed, como todo anhelo. Sentir que el intento es huero si solo rema un remero. Afirmar que me siento solo, que solo viene a mi dolor de cabeza, aún estando aquí, la palabra destierro. ¿ Hierro o yerro?. Me voy. Ved mi espalda.