Al arte se le quita esa especie de aureola que
se le había dado, se baja del pedestal, pasa a estar inmiscuido dentro de la
realidad cotidiana. El arte se democratiza, frente a esa situación del arte en la
sociedad de masas encontramos lo contrario, pocos van a ir a ver museos de
obras contemporáneas. Sigue habiendo una comprensión elitista. El arte se ha
institucionalizado. El arte habla de sí mismo, si no conocemos esas claves, no
conocemos nada. Pero también se trata de gustar o no gustar, de placer o no
placer. Se juntan una serie de elementos complejos: Institucionalización del
arte, museos, galerías, críticos. La teoría estética generalizada “dice” que
sólo es arte aquello que la institución arte considera como tal. Es complicado
distinguir entre una obra de arte y algo que no lo es. El Criterio estético
como investigación sobre qué es lo que hace diferente a un objeto para que se
convierta en objeto artístico, ¿cómo seguir hablando de lo bello y lo feo si ni
siquiera entendemos las obras? La cancelación de la estética adorniana puede
ayudar. Los escándalos enseguida se olvidan, aún más dentro del arte. También
cesa el deseo de novedad, de hacer algo distinto, de experimentación. ¿Dónde se
encuentra lo feo hoy? Hay una sensación de repetición, de ya visto. No hay
capacidad de sorpresa, sólo con instrumentos nuevos, con nuevos temas,
guardando cierta relación con la realidad. Desde comienzos del siglo XX el
objeto artístico se ha visto sometido a juicios constantes, repleto de
escándalos, lo que siempre ha remitido a la definición de arte en cada momento.
En el año 2001, Damien Hirst, con una obra que representa los restos de una
fiesta, saltó al periódico porque el encargado de la limpieza la tiró a la basura
pensando que realmente se trataban de restos de una fiesta. Hirst quedó
encantado. La obra subió de precio. Año 2004, Gustav Metzer, presentó como obra
una bolsa de basura que también fue tirada a la basura.( Versión de recreación
de la primera exposición pública de arte autodestructivo entendido como aquel
en que todas las obras han de ser destruidas ya que se manifestaba en contra de
la institucionalización del arte). Propone una huelga general y mundial de los
artistas para que las galerías se queden vacías. Entiendo que el único que confirió sentido a la obra de
Metzer fue el señor de la limpieza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario