viernes, 18 de enero de 2013

“Al ducharme me he dado un buen golpe en la cabeza”


 No. No nos engañan y no nos manipulan. No nos desahucian y desde luego no blindan a los bancos contra nosotros. La ley por supuesto se impone   abrazando a las personas protectoramente. Los jueces, colectivo independiente, vigilan aguzadamente al poder legislativo e impiden el saqueo a la dignidad de las personas actuando de oficio sin contemplaciones y ciertamente ciegos. Ni por asomo existe la mentira y el cinismo, la palabra dada es una condena de vida y quien dice hará sencillamente hace. Por suerte ningún político ha amasado ninguna fortuna. Nadie malversa, ni roba, ni atenta contra el bien común, nadie necesita ser indultado. Es tal el honor, la dignidad, la ética, la moral, que es impensable que pueda darse la corrupción en el seno de ningún partido político ni de ningún ámbito social. Es aún más impensable que nadie  encubra a quién actúa sólo en su propio beneficio injustamente y a costa de los demás. La gestión de lo público tiene como huella la ausencia prácticamente de paro. Los emprendedores quieren pagar cada vez más impuestos para devolver todo el apoyo disfrutado, quieren allanar el camino a los que empiezan desde cero. Son los deportistas de élite los que han regresado de sus retiros fiscales paradisíacos para vaciarse los bolsillos y ayudar así a las bases generando las mejores instalaciones e infraestructuras deportivas. Exportamos ciencia y nuevas tecnologías, somos el número uno en patentes médicas. La prensa ha vuelto a ser independiente, gracias a Dios. Es precisamente la Conferencia Episcopal quien ha empezado a vender bienes para que nadie pase hambre, son los obispos los que se han rebelado contra la idea de que pueda haber sufrimiento en cualquier familia y no toleran, faltaba más, el engaño ni la manipulación, no absuelven ya a quién solo dice arrepentirse de palabra, sin más. La mentira ha desaparecido de España y la picaresca es sólo una curiosidad del siglo de oro. Los delincuentes pierden la nacionalidad al ser apresados y han de abandonar las fronteras de Europa. El salario mínimo se ha triplicado y nadie ha vuelto a echar un candado. Ninguna puerta está cerrada hoy. Los niños han sido declarados patrimonio nacional. Joder, vaya golpe me he dado.

2 comentarios:

  1. Lo que ves después del golpe es mucho màs coherente que lo que veo, que no tiene ni pies ni cabeza. Voy a darme un golpe yo también... a lo mejor estoy soñando y todo lo que ves después del golpe es la realidad y lo que vemos sólo una pesadilla... sería la prueba de que el mundo aún no ha perdido la cordura (si es que alguna vez la tuvo)

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  2. Antes de acabarlo me había dado ya la risa, lo que prueba en qué mundo tan triste nos hallamos.

    Una reflexión genial, como siempre.

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