viernes, 26 de octubre de 2012

Qué lástima


Qué lástima que yo no tenga hoy un abuelo que me diga que lo que está pasando en estos días inciertos, él ya lo ha vivido, como efectivamente sí hacen otros. He reflexionado sobre lo que está pasando y veo demasiado talento acumulado en una generación,( sí, sabedlo, pues no todos han de ser “ninis”, ni mucho menos), y que se ven forzados a emigrar: Echados, expulsados tácita y firmemente. ¿en qué momento ha dejado el Estado de procurar y mirar por sus ciudadanos? Y sobre todo, ¿qué va a pasar en este país con el vacío de una generación talentosa, formada y preparada? ¿no les recuerda a otros momentos de nuestra historia en que se gritaban consignas del estilo: “muerte a los intelectuales” y que éstos, efectivamente acabaran emigrando o alimentando exilio huyendo así de la muerte? ¿saben ustedes el gran beneficio que hicieron éstos intelectuales en Iberoamérica, por ejemplo? ¿lo que aportaron en sus universidades y ámbitos culturales y que nosotros perdimos entonces con tanto perjuicio? ¿qué va a pasar, no se lo han preguntado? ¿son capaces de imaginar que todos aquellos emigrados acabarán generando el suficiente desarrollo y tejido con su esfuerzo en sus países de recepción y que aquí sólo nos quedará esperar a que regresen aquellos nostálgicos, pues no  lo harán todos, (¿quién quiere estar donde no le quieren?), con el poco dinero que hayan acumulado en demasiados años de estrechez y privaciones? ¿qué sucederá entonces? ¿volverán, con ese dinero, una generación después a comprar pisos y a especular, haciendo nacer una nueva burbuja inmobiliaria? ¿sufrirán nuestros nietos nuevamente lo que hoy sufrimos? ¿es ese el perfil de nuestra rueda de la fortuna, es acaso plausible todo esto que digo? Qué lástima que yo no tenga hoy un abuelo que me diga cariñoso,- “Hernán, no es este el camino, sé cómo acabarán devorándose entre sí, cómo acabará destruyéndose lo construído, cómo acabará todo en un siglo de retraso”-.

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