Qué lástima que yo no tenga hoy un abuelo que me diga
que lo que está pasando en estos días inciertos, él ya lo ha vivido, como
efectivamente sí hacen otros. He reflexionado sobre lo que está pasando y veo
demasiado talento acumulado en una generación,( sí, sabedlo, pues no todos han
de ser “ninis”, ni mucho menos), y que se ven forzados a emigrar: Echados,
expulsados tácita y firmemente. ¿en qué momento ha dejado el Estado de procurar
y mirar por sus ciudadanos? Y sobre todo, ¿qué va a pasar en este país con el
vacío de una generación talentosa, formada y preparada? ¿no les recuerda a
otros momentos de nuestra historia en que se gritaban consignas del estilo:
“muerte a los intelectuales” y que éstos, efectivamente acabaran emigrando o
alimentando exilio huyendo así de la muerte? ¿saben ustedes el gran beneficio
que hicieron éstos intelectuales en Iberoamérica, por ejemplo? ¿lo que
aportaron en sus universidades y ámbitos culturales y que nosotros perdimos
entonces con tanto perjuicio? ¿qué va a pasar, no se lo han preguntado? ¿son
capaces de imaginar que todos aquellos emigrados acabarán generando el
suficiente desarrollo y tejido con su esfuerzo en sus países de recepción y que
aquí sólo nos quedará esperar a que regresen aquellos nostálgicos, pues no lo harán todos, (¿quién quiere estar donde no
le quieren?), con el poco dinero que hayan acumulado en demasiados años de
estrechez y privaciones? ¿qué sucederá entonces? ¿volverán, con ese dinero, una
generación después a comprar pisos y a especular, haciendo nacer una nueva
burbuja inmobiliaria? ¿sufrirán nuestros nietos nuevamente lo que hoy sufrimos?
¿es ese el perfil de nuestra rueda de la fortuna, es acaso plausible todo esto
que digo? Qué lástima que yo no tenga hoy un abuelo que me diga cariñoso,-
“Hernán, no es este el camino, sé cómo acabarán devorándose entre sí, cómo
acabará destruyéndose lo construído, cómo acabará todo en un siglo de retraso”-.
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