Elegir un camino es perderse otros tantos, nadie lo ha negado aún. Recorrer el más lejano se me antoja cansado, e ir cambiando de lado a lado, extraño, el corto, sin embargo, aburrido. Así voy entreteniendo mi paso de pies hacia dentro, ojos entornados y mente al vuelo. Pienso reverberando, en murmullo de voces en las que me voy dictando decisiones, aclarando ideas o poniendo en un brete a tanto recuerdo en fila hacia la complacencia revestida de tiempo. Así voy a veces, a ratos o a destiempos. Mirando al frente. No puedo verte sin embargo o sin embarazo. No puedo verte si no estás y sin más, no oigo el árbol caer si estoy tan lejos, ni escucho chapotear de brazos o saltos en el desierto. Lo siento, no soy yo, son las horas en que me ves, en que no siento. Tengo las manos grandes y anchas y nada abarco de ti mientras tanto, tan lejos aquí a mi lado, tan sólo a un número de teléfono. Quizás tu cuerpo resbale húmedo de entre mi abrazo y huya despavorido ante mi vida, o me temo, que ante una idea preconcebida que, ahora lo digo, no es mía, lo siento, es lo que hay, o lo que no encuentro sin más o ya embargado, lo que queda es el fin de una subasta que pretendía arruinar todo lo que no era mío, con lo que no hay defecto, nube, no cielo, de la que no sé qué espero. Es a ti a quién se lo digo, morena, castaña, que por desconocida me llevas de un dedo al son de una música que aún no he oído sonar y que ya tarareo en adelanto o aventura. Pienso mientras tanto en el té que se me vas invitar, camarera tímida de tetería de la que espero alguna palabra más y sin más. Música, ¿qué no te he dicho ya? por tan candente la curiosidad, espero mucho más y lo sabes, así me he ofrecido además, con las mismas ganas de tenerte, saberte, conocerte que de ofrecerme a estar o dar. Pon a la huida que huyas, quiero leerte recitar, no pensar en nada con mi cabeza justo donde acabo de estar. Reírme, reírte, lo sabes, relaja, planificar que no hay nada que planificar, sin más, Música, que no hay más que un tiempo en el que aún estamos a tiempo de andar un trecho simplemente por andar, en el camino o fuera de él, como quieras, no pasa nada, perder un camino es haber elegido otro mientras tanto. Llama.
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