Así sin más. Desde estos días horadados. En las
ciudades sempiternamente inmóviles. En las voces dentro de demasiadas cabezas.
En las horas tristemente corruptas. En las manos llenas de lo ajeno del
vecino. En los corazones no resueltos.
En los ánimos enarenados. En las huellas de los pies que se arrastran. En los
cercos abandonados de los cadáveres. En la vida que se exhala. En el anhídrido
carbónico de todo beso. En las caricias con llagas. En las heridas
abiertas con un bisturí oxidado. En los
huesos que el hambre amosca. En los cultivos echados a perder. En todos
aquellos negocios de persianas bajadas. En el mundo de las sombras y no de los
sueños. En la mentira piadosa que tanto destruye. En el engaño que se alimenta
día a día. En la desigualdad que se construye. En los secretos a voces. En la
palabra mancillada. En la desesperación de los impagos. En la infidelidad de
tantos casados. En la deslealtad de tantos cargos públicos. En el estancamiento
como sociedad. En el no futuro por el que tanto se ha trabajado. En la amistad
que se traiciona. En el amor que se fuerza. En toda desnudez que se violenta.
En la falta de consentimiento. En la palabra asco. En los dioses que tan poco
saben de lo humano. En las guerras que
inventamos. En el odio que se cultiva. En la escisión social que siempre ha
habido. En el oportunismo de los arrimados. En la falta de moral, de ética. En
la ausencia de filósofos. En el exceso de banqueros ávidos. En el egoísmo de
los que se imponen. En la envidia que se admira. En la infancia robada. En el
engaño sistemático. En la manipulación mediática. En todo aquello que oímos y
fingimos no oír. En lo que vemos y
aceptamos aún si no nos gusta. En las mentiras que difundimos. En las mentiras
que nos creemos. En el conformismo que siempre dormita. En la lasitud de
nuestro desánimo. En la falta de confianza. En la indisponibilidad para el
sacrificio común. En la falta de diálogo y de sinceridad. En todas aquellas
oportunidades que se han enterrado. En todas aquéllas sonrisas que se ocultan.
En tanto como toleramos. ¿Necesitas que pregunte hacia dónde vamos?
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pues vamos hacia el bar a tomarnos unas cervecitas con los de siempre y olvidarte por un momento de todo lo de arriba.
ResponderEliminarbss