domingo, 6 de marzo de 2011

.. No hay futuro...


No es posible asumir que en las sociedades humanas modernas  pudiera darse la inexistencia de la totalidad del sistema bancario sea cual fuere su tendencia política pues,  una cosa es segura, la misión fundamental de un sistema  financiero es  canalizar de manera eficiente el ahorro que generan las unidades con superávit hacia las unidades con déficit.  Y aunque se puede afirmar que los intermediarios financieros, y en particular, las entidades del sistema bancario, han desempeñado tradicionalmente un papel clave en la canalización del ahorro a la inversión, no es necesario remontarse a Venecia o Génova, para darse uno cuenta que nos tienen atados con una soga, y que ésta, no hay que ir muy lejos, nos aprieta el cuello.Desde un punto de vista teórico, se ha tratado de demostrar la superioridad de los bancos frente a los mercados en esta labor de canalización del ahorro a la inversión, sin embargo su vulnerabilidad frente a las retiradas masivas de depósitos u otros riesgos bancarios y la necesidad de una regulación bancaria transparente, como consecuencia de las desigualdades y los desequilibrios que se han puesto de manifiesto, que ahora mismo persisten y asímismo, gracias a  la evolución de las propias sociedades, más aún hoy o, incluso a pesar de hoy, en que mercado y necesidades reales no sólo no van de la mano si no que, lamentablemente se dan la espalda. El panorama actual es una perogrullada que propone una solución que puede conllevar a una evolución o a una regresión, pero es que la labor de intermediación de las entidades financieras están expuestas a muchos riesgos, principalmente por causa de los avances en los sistemas de información, ha ido mermando el papel dominante de los bancos, en la canalización del ahorro a la inversión y ha contribuido a la aparición de otros intermediarios no bancarios, no expuestos a la regulación bancaria. Tal diversificación no ha hecho sino acrecentar la distancia con el ciudadano que apenas sí soporta ya la presión y está, hoy más que nunca, próximo con la mayor precisión a la palabra colapso. Perdida por los bancos una  cuota importante de mercado en su negocio tradicional, ahora miran a nuevas cuotas de mercado. El futuro es hoy un gran interrogante sobre la tendencia del sistema bancario en el futuro, sobre el papel que tradicionalmente han venido desempeñando y en consecuencia, sobre la distinción entre intermediarios y mercados. O ayudan al ciudadano o no merecen permanecer.

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